...No es la poda la que atrae a la primavera
sino la proximidad de la primavera la que invita a la poda.
Sólo puede podar aquél que cree.
Sólo quien es amigo del árbol puede ser jardinero.
Pienso que tener fe en la primavera
es fácil
cuando se ven señales de ella
por todas partes.
Cuando las ramitas se vuelven flexibles
y empiezan a aparecer los brotes,
entonces ya no se cree:
se sabe que ha venido,
que está entre nosotros.
Pero entonces la poda
ya se ha convertido en peligrosa.
Fe en la primavera se requiere
cuando todo parece muerto.
Cuando las hojas del tiempo anterior han caído
y el invierno anida su silencio de escarcha
en las ramas que parecen secas.
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